viernes, 6 de octubre de 2017

¿Y CUÁNDO HA HABIDO DEMOCRACIA EN ESPAÑA?

Kloriamel Yépez Oliveros

(Para Federico Ruiz Tirado)




A España nos une por fatalidad indisoluble, el idioma; impuesto siglos ha, por la espada y la cruz genocidas, asaltantes de estas tierras tan lejanas y ajenas a esos signos nefastos que truncaron para siempre el proceso de toda una civilización milenaria arrasada por la Inquisición, la sevicia, y las supercherías religiosas de un imperio decadente en los albores de la civilización burguesa.
Así estrenó calzoncillos la burguesía continental en estas tierras del “Nuevo Mundo”, cuya única novedad consistió en tributarle culto a las manos invisibles del capital monoteísta. Ya no hubo Sol ni Luna para iluminar cosmogonía alguna y la lluvia dejó de ser el llanto sensual de las nubes preñando los maizales; pero el maíz no es oro aunque sus barbas tengan igual brillo y la tecnocracia progresista, santa palabra de Pablo VI, lo desgrane en etanol para sembrar confort en las súper autopistas.  
La lluvia, a partir de la bestial aculturación católica, desbordó los ríos al lado de los cuales se apiñaron chozas llenas de indios desnutridos, ágrafos, nudistas, herejes, malditos.
Según la mitología judeocristiana ascendimos al tercer milenio en el año 2001, dice Wikipedia que el 10 de enero, yo no estoy de acuerdo porque el hito lo marca el nacimiento del hijo de Dios que según la tradición ocurrió en navidad, no en año viejo, porque ésta es fiesta pagana para celebrar el tránsito entre la vida y la muerte; tal cual le sucede a muchos en esa fecha de excesiva jarana; como diría un hincha del Real Madrid, pendiendo de la buena o mala suerte del Barça este 10  de octubre.
Y aunque usted no lo crea -desorientado por lo que acontece en el nicho natal de Joan Manuel Serrat, José Agustín Goytisolo, Pablo Casals, Joan Miró, y otro montón de bardos, músicos, locos, y borrachos del siglo XX-, estamos en pleno siglo XXI faltando poco para arribar al primer cuarto de centuria.
Admito, sin que me queden rubores por dentro, mi absoluta insuficiencia en historia de cualquier rincón planetario; particularmente Catalunya, Catalonha, o Cataluña, territorio temerariamente husmeado en este texto plagado de interrogantes sobre la socio política de esta ¿nación, autogobierno, protectorado, apéndice, colonia, o qué?, y la socio historia de esta juntera ciudadana (Principado en el siglo XVI), empeñada en convertirse en País, mediante un abracadabra referendario en oposición a una monarquía cínica y corrupta hasta el dinástico ácido desoxirribonucleico que les tiñe la sangre de azul.
Dispuesta a comprender la Catalunya hasta sus profundidades raigales -manía  irradiada por Hugo Chávez con sus amplios, llanos, y geniales saberes llaneros-, intenté caminarla desde la épica inicial, ¡pero qué va!, es imposible destejer en pocas horas los pequeños tomos de la Historia de España, Editorial siglo XXI; con Carlomagno, Visigodos, invasores romanos, griegos peludos olorosos a cabra, fantásticas guerras tribales, legendarias regiones, idílicos ríos; y el Mediterráneo bañando  -en vino y alioli-, el imaginario de tanto relator de historia escrita por los vencedores.
Dato referencial sobre la petulancia y presuntos orígenes de la godarria criolla: “La herencia goda no vino sólo por la herencia física sino por el espíritu que dejaron en nuestras instituciones. Que los godos no formaban sino minoría en la Hispania post-romana no es un secreto. Que una minoría rectora es la que a veces responde por todo un país y hace de él un Estado no debería tener que ser recordado. Los godos españoles eran los Visigodos o Godos Nobles.”
Volvamos a la interrogante inicial ¿cuándo ha habido democracia en España? Como no se trata de una simple polémica entre demócratas librepensantes, sino de una arista que punza la debacle civilizatoria que alborota este siglo, vamos a escudriñar este gato para ver cuántas patas tiene. Ninguna revuelta popular -la catalana lo es, con todo y su apariencia de berrinche cívico-burgués-, deriva de una simple y pasajera diferencia de opiniones entre iguales.
Resulta que Catalonha tiene un poco más de siete millones y medio de habitantes, suficientes para el desarrollo sustentable de su lucrativa economía turística, y su poderosa industrialización. El modo como disponen de estos sustanciales ingresos  -una vez cumplido el diezmo avaricioso infringido por España-, diseña su entramado de clases sociales, su dinámica intestina, su dialéctica urbana y rural; es decir: las ventajas comparativas y competitivas de la burguesía catalana para enfrentarse al imperio español y al norteamericano.
Por los vientos que soplan desde el Ebro, parece ser que la desprestigiada realeza encontró en Catalunya la horma de su zapato, el principio del fin de su medieval dictadura política. Parece ser que la burguesía catalana ¡por fin! se quitó el luto, entendió que llevar duelo por Franco es, como mínimo: ridículamente anacrónico.
El panorama Catalán no tiene nada de plano, ni siquiera de tridimensional porque ninguna sociedad lo es. Pero la sociedad catalana, su complejidad fáctica en este momento, tiene que ver con los rizos que el tiempo le ondula a la historia. Y la historia no se repite aunque a veces sea refleja como en este caso: la burguesía, ahora rancia, le clava los dientes a la monarquía, le muerde ferozmente la yugular.  Esta rebelión plebeya, más no pobre, se alza contra los residuos de la sociedad feudal europea y parece el epílogo postergado de la Revolución Francesa. ¿Cuándo ha habido democracia en España? Cosas, muchas cosas fantasmean este mundo: Un fantasma recorre Europa, dijo Alberti.
La voluntad independentista de los catalanes no es asunto exclusivo de ellos, es cuestión de todos, en especial de los proletarios, de los asalariados, de los plusválicos del mundo, de los excluidos; de los obligados a perder cualquier cadena atávica, para quebrar definitivamente el régimen patriarcal de explotación capitalista.
En cuanto a Cataluña no tienen lugar las vacilaciones intelectuales, las ambigüedades políticas, las dudas filosóficas: es o no es. España está hambrienta de República y este es el momento de nutrirla junto al pueblo catalán, que es, en última instancia, quien protagoniza y decide la historia, aunque por ahora a la vanguardia estén la pequeña y la gran burguesía. Mientras Rajoy, y el Rey hijo del Rey dicen que Maduro es dictador, resentidos porque Bolívar los expulsó del paraíso y Chávez los mandó largo a su madre patria de ellos,  recalcándoles que la soberana democracia participativa la protagoniza el pueblo en la República Bolivariana de Venezuela.
Pero Rajoy, y el Rey hijo del Rey, y Trump, no saben cómo es que se bate el cobre en Venezuela, no tienen idea de lo que somos capaces, no han cruzado por Angostura el Orinoco, no han probado mañoco ni empanadas de cazón, ni chicharrones con arepa pelada. No han visto el Catatumbo. No han oído el rugir del cunaguaro ni la canta de los alcaravanes en las sabanas. Tampoco beberán cocuy a la luz de un crepúsculo larense.
Tampoco se han enterado que en la República Bolivariana de Venezuela mandamos las guarimbas a freír monos porque nos fascinan las elecciones para todo, con todas y todos eligiendo lo que nos dé la gana cuando nos da la gana, que cualquier hora es buena para postularnos, para ir a votar, para celebrar, para cantar y reír con ganas porque tenemos la vida bien puesta y los sentimientos a flor de piel, y las emociones bonitas se las regalamos todos los días a Hugo Chávez, nuestro presidente invicto, nuestro Presidente eterno, nuestro soldado Comandante querido. Nuestro veguero inmortal.
Ah, y para colmo de democracia: un periodista muy conocido él, empleado en una de esas empresas que pululan en este país, las que pretendiendo descalificar adjetivan de “presuntas” cualquier declaración del Presidente Maduro y de los ministros, califican líderes de la oposición o presos políticos a quienes apenas son cabecillas de bandas criminales,  las que celebran solemnemente el 4 de julio, Halloween, y Santa Claus; en una de esas, la más intrigante, capciosa, proyanqui, antichavista y golpista, destaca en horario estelar un programa de entrevistas al servicio del Puntofijismo ultra derechista, y de la palangre cipaya y sediciosa, cuyo productor, director y conductor, es hermano de nuestro actual Ministro de Comunicación e Información. ¿Quieren más democracia? O mejor: ¿Cuándo ha habido democracia en España?






1 comentario:

Jaime Morera Falcone dijo...

Mafalda:
Estoy casi de acuerdo con casi todo lo que señalas.
Creo que una escritora talentosa como tu puede prescindir de la mayoría de los adjetivos y de las afirmaciones peyorativas.
Así y todo te quiero.

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