sábado, 19 de mayo de 2018

El domingo reelegiremos a Nicolás como presidente de la República
felicitaciones. ¿Y después qué? Después viene una fase maldita y coñoemadre de la guerra, o ya empezó y no la vemos en su absoluta dimensión porque andamos muy ocupados en demostrar que Bertucci es loco y Falcón corrupto. Hablemos entonces de lo que vendrá después del domingo. O que ya comenzó.
El gobierno de Colombia ha ejecutado un acto de guerra: POR FIN ha reconocido oficialmente que nos ha robado un lote de comida, 25.200 cajas del CLAP. Extraoficialmente ya todos sabíamos el resto: más de 70% de lo que deberíamos tener a disposición aquí está en Cúcuta y otras ciudades colombianas. Pero es la primera vez que el presidente de allá le dice al mundo, por TV y por Twitter, que nos robó una comida que debía venir a las casas de la gente pobre.
Lo peor no es eso: lo peor es la cantidad de comemierdas que uno se encuentra en la calle, en las busetas y en las colas, celebrando ese robo y culpando a Nicolás de lo que Santos ha hecho por órdenes de EEUU: bloquear la entrada de alimentos a Venezuela.
Hay cosas que hacer como pueblo y hace rato sabemos cuáles son. Por ejemplo, abandonar la actitud sifrina que nos empuja a creer que si somos citadinos y profesionales entonces no nos corresponde la tarea de producir alimentos. Señor: estamos en guerra, se acabó la hora del café y la tertulia inorgánica; la.poesía no es esa mierda que imprimes en un papel y le lees a unos amigos borrachos. No: la poesía es lo que haces con tus manos y junto a tu pueblo si quieres tener algo digno, importante o aunque sea sabroso para escribir.
Es una humillación severa que el enemigo (Colombia, México, EEUU) decida cuándo merecemos tener comida en las casas humildes. Eso podemos y debemos revertirlo nosotros: un maldito kilo de comida que produzcamos en familia o en comunidad es un maldito kilo menos de comida que le estamos pagando a la industria criminal de alimentos.
Y hay cosas que como pueblo no podemos resolver, y que le toca enfrentar al Gobierno y al Estado. Por ejemplo, darle un parao a Colombia, porque hay que dárselo. Y otra: el desmontaje de la mayor banda criminal de Venezuela, que es la Guardia Nacional "bolivariana"". Cualquiera que ha viajado por carretera sabe de qué estamos hablando. Que uno no pueda transportar 10 kilos de comida porque en las alcabalas viene esta estructura de hijos de la grandísima puta a quitarte la mitad o todo, porque ellos tienen armas, uniforme y el mandato de hacer cumplir las leyes (hazme tú el favor) y nadie les cae a mandarria o a balazos, que es lo que provoca, es otro acto de guerra contra el pueblo. Y si usted ha viajado cerca de la frontera ya se sabe el resto: el parásito que nos desangra y que se lleva a Colombia nuestros alimentos, importados o producidos aquí, no nos haría tanto daño si nno fuera con la complicidad de altos, bajos y medios ejecutores de esa organización de delincuentes organizados llamado dizque GN "b".
El 21 no deberíamos estar celebrando nada: deberíamos estar planteándole a Nicolás la necesidad URGENTE de ponernos a 1) producir masivamente lo que comeremos en el segundo semestre de este año y en años venideros, y 2) taponear la salida de esos alimentos a Colombia, y para esto es necesario atacar el cáncer llamado Guardia Nacional "bolivariana".

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